Se había creído que tener hijos nos hacía más vulnerables, sin embargo no hay mujer más empoderada que una madre.

 Nos creían delicadas como una flor pero hemos demostrado ser más fuertes que un roble.

Que felicidad ser parte de esta generación que despertó y en la que buscamos generar acciones concretas de cambio. En la que la ideología ha evolucionado y ya no necesariamente hay expectativas que cumplir o formatos que llenar. En esta época en la que dejamos de etiquetar negativamente y enseñamos a las nuevas generaciones a no hacerlo tampoco. 

En la que si una mujer no tiene como prioridad o preferencia casarse no es una solterona, sino una chingona. Aquella que no quiere tener hijos no es egoísta sino decidida. En donde una niña no es mandonsita, sino líder innata.

Hoy sabemos que si no hay sendero recorrido, tenemos la confianza de empezar a pisarlo. Que si no hay algún deporte en femenino, podemos crearlo y fomentarlo. A las mujeres hoy no nos queda duda de que podemos ser la primera en llegar y abrir brecha para las demás.

Me da satisfacción que para mis hijos no hay especificaciones burdas como juguetes de niña o niño, rosa o azul. Pero sobre todo no hay distinciones de roles, de quién puede hacer realidad sus sueños y quienes los dejan pasar.

Lo sé de sobra, las mujeres no necesitamos un día para felicitarnos pero sí quisiera celebrar que juntas, ahí vamos. Hoy aplaudo que por fin nos hemos dado cuenta de que unidas logramos mucho más. Que la colaboración nos lleva más lejos que la competencia o indiferencia de las unas con las otras. Hoy celebro que ya no nos da pena decir lo que pensamos y sentimos, ni nos da miedo enfrentarnos a abusos o injusticias y esto porque sabemos que no estaremos solas nunca.

En estos tiempos podemos decir que la sociedad lentamente y con muchos desafíos está cambiando, que aunque el camino es muy largo, empinado y rocoso, estamos bien equipadas para llegar a la cima. 

Nunca ha sido fácil ni será fácil ser mujer, hoy significa que hay que seguir peleando, no contra un rival, simplemente exigiendo los derechos que merecemos.

Felicidades mujeres que lidian todos los días en su profesión, en su vida, en la crianza de sus hijos… por una sociedad más igualitaria. Por cumplir sus sueños y por enseñarle a sus hijas y sobrinas, con el ejemplo, a hacer lo mismo.

Hoy, para mí, ser mujer es la certeza de que nada ni nadie debe limitarme. Y de que yo tengo la capacidad de decidir, de cambiar y de crear mi propio destino. Ojalá fuera la misma realidad para todas las mujeres del mundo, mientras tanto, a seguir luchando mujeres y hombres para llegar a eso.

Feliz Día de la Mujer

 

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