Porque una vez que ya había aterrizado todo el contenido que quería abordar en el podcast, solo me faltaba definir el nombre. Una mañana estaba esperando a que mi té estuviera listo. Puse unas hierbitas de earl gray que compré en Trader Joes en una tetera con infusor y agregué agua caliente. Estaba esperando mientras estaba listo, porque para que el sabor realmente se integre con el agua tiene que pasar de 3 a 5 minutos. Tenía un poco de prisa, y le quería picar para que bajara el agua y poder servirme mi té de la mañana. Pero en cambio, me esperé. Practiqué la paciencia y respiré. Fue ahí cuando todo me hizo click.
Pensaba en que realmente me molesta el impacto social de la gratificación instantánea, más bien creo en el beneficio de la postergación de la recompensa. Por eso este proyecto se llama Infusión.
Como amante del té, sé que los sabores y las aromas se tardan en florecer. Cualquier infusión toma tiempo. El resultado para obtener el sabor deseado no es instantáneo.
Creo que así es la vida. El cúmulo de conocimientos y experiencias que vamos teniendo a lo largo de nuestra existencia se fusionan y nos hacen quienes somos. Ese tiempo de infusión es fundamental para desarrollar capacidades, para trabajarlas, incluso para encontrarlas.
Me interesa mucho eso. Qué pasa en el periodo de infusión de cada persona que se dedica a lo que le gusta. Ya sea que inició un proyecto exitoso, emprendió un negocio o es líder en su área de desempeño. Cuáles han sido los retos, las dudas y cómo las han enfrentado.
Infusión Podcast es el lugar en el que cada uno de los invitados comparte sus experiencias de esa etapa en la que se estaban cocinando sus ideas, diluyendo los miedos y mezclándose el trabajo con su talento.
A la hora de la hora ya no me clavé tanto en el nombre, sino en su significado. Y me gustó.